“Ad límitum” es un espectáculo para todos los públicos ideado para calle o sala.
La música como hilo conductor y el circo como motor y complemento emocional de la obra.
Un solo actor en escena, cuatro personajes, varios estilos musicales, un mástil chino y mucha locura.
Se trata del reto de ser actor y músico de la propia banda sonora en un espectáculo de circo donde se cohesiona la técnica circense con la musicalidad de instrumentos de invención propia. Pianos voladores, percusiones vocales, y una percha de la ropa que hará las funciones de una potente guitarra eléctrica.
Como resultado cuatro escenas en las que el personaje evoluciona desde el técnico del espectáculo, humilde e introvertido, hasta el rockstar que descarga su adrenalina con impresionantes trucos sobre el mástil chino.